La realización de negocios internacionales ha ganado, día tras día, una importante posición en la lista de los objetivos de crecimiento de una empresa, donde las diferentes unidades estratégicas del negocio trabajan en conjunto para lograr una globalización. No obstante, aún existen muchas PYMES que no realizan comercio internacional y tampoco lo tienen como un propósito a corto plazo.

Esto se debe en muchos casos a desconocimiento de los procedimientos y miedo a lo que la empresa pueda resultar expuesta. Algunos de los interrogantes más comunes son: ¿Por qué queremos exportar? ¿Qué capacidad tenemos como empresa? ¿Qué queremos exportar? ¿A qué mercado vamos dirigidos? o ¿Cómo traslado mi mercancía?

Se ha podido constatar que las empresas que planean arrancar con este proceso de comercializar sus productos al exterior realizan primero estudios de mercados internacionales, planeación logística, planeación operativa, entre otras actividades, que ayudan a garantizar el éxito en ventas. A través de estas investigaciones, logran identificar el comportamiento que tiene el mercado meta, las necesidades que tienen para el cumplimiento de la cadena de producción, como lo es una de ellas, el transporte de la mercancía. Entre las modalidades de transporte que se tienen para mover mercancías están: terrestre, aéreo y marítimo.

En la modalidad marítima el modo más efectivo para realizar traslados a cortas distancia es a través de barcazas. Éstas, como los buques cargueros, tankers, graneleros y demás, generan un impacto importante de contaminación al medio ambiente y especialmente a los océanos. Es por ello que, actualmente empresas buscan innovar produciendo barcazas eléctricas.

 

La implementación de barcazas eléctricas significaría un cambio relevante en el impacto y huella de carbón de dichas compañías navieras, e incluso en la industria, ya que el equivalente en emisiones de dióxido de carbono de un solo buque es igual al de miles de vehículos terrestres al año. Adicionalmente, este nuevo tipo de barcazas evitará los derrames de petróleo y componentes tóxicos o altamente contaminantes, y perdida de carga delicada que se genera por accidentes de los buques en altamar.

 

La promoción de amiente sano a través de las leyes de diversos países también promueve a que las barcazas eléctricas de compañías como Port-Liner se encuentren como un atractivo que tiene el transporte marítimo eléctrico. Entre otros fabricantes de buques innovadores esta Yara International y Kongsberg Gruppen. Para finales de 2019 y principios de 2020, sale el segundo modelo de transporte de carga marítima eléctrico, un buque apodado “Yara Birkeland”. Este buque llena de expectativas a todos los que se encuentran en el comercio marítimo, ya que se espera que haga viajes más largos que las barcazas y transporte una mayor carga. Se espera que en 2020 la Organización Marítima Internacional tenga lista la regulación con la que los barcos autónomos podrán navegar libremente por aguas regionales e internacionales.

Ventajas del transporte marítimo eléctrico:

  • Eliminación de contaminación marítima.
  • Eliminación de combustibles fósiles.
  • Reducción del transporte por carretera.

 

Desventajas del transporte marítimo eléctrico:

  • Eliminación de la tripulación.
  • No existirá seguridad física de carga.
  • Carga de la batería o cambio de la misma, una vez en tierra.

 

Conclusión:

El cambio es inescapable y las empresas son susceptibles a ello. Más aún cuando se habla de cambios en tecnologías que impactan directamente los mercados internacionales.

El transporte es parte esencial de los negocios de comercio, aún sean nacionales solamente. Un cambio en esto significa entonces nuevos trabajos, nuevos modelos de negocios, nuevos términos comerciales e incluso rutas más eficientes y competitivas.

Las empresas deben estar preparadas para una restructuración operativa y logística que posiblemente pueda traer la normalización gradual de embarcaciones eléctricas y no tripuladas. Así mismo, deben prepararse para los cambios comerciales que podrían significar: nuevos términos, tipos de seguros, condiciones, actualizaciones de Incoterms, etc.

Esto también significa una mejora significativa en la huella de carbono que una empresa y su cadena de valor pueda tener. Hablamos de cambios exponenciales, apalancados en economías de escala y efectos directos en políticas de responsabilidad social empresarial y ambiental de las empresas.

El futuro pinta verde… ¡o más azul, en este caso!